A finales de enero
de 2012, un grupo de estudiantes del IES Domingo Valdivieso de Mazarrón
(Murcia), junto a sus profesoras Emilia e Isabel emprendieron un viaje que, a
simple vista, puede parecer aburrido a los más jóvenes: Granada. Os
preguntareis: "¿por qué aburrido si Granada es una maravilla?".
Bueno, digo esto ya que el viaje incluía hacer la famosa Ruta Literaria
"Federico García Lorca", lo que la mayoría de la gente asocia con el
aburrimiento o el rollo de la poesía. Pero tengamos en cuenta, que era hacer
“un viaje” o lo que es lo mismo “perder clase”.
En pie desde las cuatro de la mañana y tras
unos cuantos kilómetros en bus, por fin topamos con el indicador de nuestro
ansiado destino: Fuente Vaqueros. A simple vista, la pequeña localidad que vio
nacer al gran poeta granadino, podía parecer aburrida y solitaria. Sin embargo,
poco a poco la cosa fue cambiando. Los comerciantes de la zona, poco
acostumbrados a una escena juvenil en plena época invernal, abrieron con
entusiasmo sus negocios, con la esperanza y la suerte de recibir nuestra
agraciada visita. Así que mientras que llegaba la hora de apertura de la
casa-museo de García Lorca, nos dedicamos a recorrer las calles del pueblo y a
llevarnos unas “cuantas” fotografías, que más tarde acabarían en el Tuenti.
Nuestro
guía ya estaba allí, listo para el ataque. Al pobre se le veía algo angustiado,
no se quería ni imaginar a medio centenar de adolescentes visitando el museo,
por lo que nos dividió en dos grupos. Al entrar en la casa, fue como
trasladarse a otra época. No era la casa
de un gran aristócrata, pero tampoco la de un campesino. Un pequeño hall
recibía a los visitantes. Desde allí se accedía a todas las estancias de la
casa: dormitorios, sala de estar, cocina... Además de un patio en el que
reinaba la vida a través de las numerosas flores, un gran naranjo y un pozo, la
casa disponía de una primera planta, el granero, lugar que hoy es una sala de
exposiciones y actos culturales. La visita no pudo finalizar sin que se
produjeran algunos hechos “paranormales” como por ejemplo, escuchar alguna que
otra nota del piano que el propio Federico solía tocar, o con la extraña
desaparición de alguna que otra naranja
del patio de la casa. Esto último debió ser obra de alguna “mente privilegiada”
que creyó que la sabiduría del poeta podría transmitirse a través de aquel
fruto.
A pocos minutos de
Fuente Vaqueros, se sitúa la localidad de Valderrubio, donde Federico pasó su
juventud en una “pequeña” casa de labor, propiedad de su padre, lugar que sin
duda fuimos a visitar. A mi parecer, debió ser un lugar de ensueño para un
joven como Federico, ya que la casa disponía de un gran patio donde correr,
jugar y cuidar a los animales, que hoy también los hay como parte del museo. Al
otro lado del extenso patio se situaba la cuadra, hoy convertida en teatro y
sala de exposiciones. Como si muy natural fuera, sentimos la necesidad de
acercarnos al ilustre poeta y, que mejor manera de hacerlo que sustituyéndole
por unos segundos en el escritorio donde se encontraba la pluma con la que se
habían escrito “cosillas” como “La casa
de Bernarda Alba”.
Ya se acercaba la
hora de comer, cuando íbamos camino de nuestro nuevo destino: Alfacar. Esta es
la tierra del homenaje por excelencia al poeta, sobre la que en lo alto de su
pueblo se levantó un impresionante parque, en el que sin duda alguna se recoge
la tranquilidad y relajación propias para escribir unos versos. Como decía
antes, se acercaba la hora de comer, así que a mitad de camino paramos en una
estación de servicio para llevar a cabo tal labor. Y una cosa os diré, si
vosotros habitualmente tomáis el clásico “manchao” después de comer, ¡nunca lo
pidáis fuera de Murcia como tal, si no
queréis recibir un café con leche!
Al llegar a
Alfacar, ni la lluvia, ni el frío y ni siquiera las ganas tremendas de echarnos
una siesta, nos impidió disfrutar del impresionante parque con el que aquella
tierra homenajeaba a Federico y que hubiera sido ideal para pasar una agradable
tarde en compañía de los amigos y una buena merienda. Sin embargo el tiempo no
acompañaba y ya era hora de trasladarse al Barranco de Viznar. Recuerdo aquel
lugar tal y como lo vi. Todavía se podía escuchar el sufrimiento y el llanto de
aquellas víctimas de la guerra civil. Sobre todas ellas, una voz las alzaba al
recuerdo eterno, la de García Lorca. Sin embargo, no hay certeza de que este
barranco sea el lugar exacto donde el poeta fue fusilado. Dejando a un lado la
nostalgia, el triste recuerdo de una difícil época y ya con los pies algo embarrados,
finalizamos el día rumbo a la mágica Granada. Ciudad que a buenos ojos, siempre
traerá maravillas y buenas anécdotas al visitante.
Por mi parte no me
queda más que recomendaros esta increíble experiencia, puesto que no es solo
literatura, sino entender la vida de un gran hombre, que quizá muchos de
nosotros, en nuestro interior, llevemos algo de esa gran personalidad y todavía
no lo sepamos.
Salvador Madrid




Excelente trabajo de investigación, Salvador. Intentaré seguir tu consejo y vivir la experiencia de esta ruta literaria.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Aunque nunca lo consideré un trabajo de este rango, me alegra que lo hayas visto de esta manera, ya que estoy estudiando Bachillerato de Investigación. Un saludo.
EliminarSalvador, que bonita descripción de vuestro viaje,voy a menudo a Granada tendré en cuenta tus recomendaciones literarias, pues a veces se nos olvidan.Me ha gustado mucho.Juanamari
ResponderEliminarAhí va una recomendación, Juana Mari. Ya que visitas tanto Granada, te recomiendo que si alguna vez haces la ruta de Federico García Lorca, no dejes de visitar la casa familiar en Valderrubio. A mí fue lo que más me gustó.
EliminarQué artículo más interesante y ameno! Tienes capacidad de investigación, síntesis y sobre todo: "gracia, humor" para contar las cosas . Ha sido un placer leerte. Por favor, sigue dándonos clases de narración.
ResponderEliminarPilar (maestra Reina Sofía)
Pilar, me llena de orgullo y satisfacción... Ah, no, espera, que esto es de mi discurso de navidad... En primer lugar decirte que me ha agradado mucho tu comentario. Por otra parte, he sido informado por un agente secreto del hospital de que eres una gran conocedora de la literatura juvenil, tema del que espero hablar contigo en alguna ocasión.
ResponderEliminarSalva tio, soy Jony. Una gran narración la que has hecho de aquel viaje tan bueno que pasamos! Un abrazo y animo, y que sepas que este año repetimos lo más seguro, y espero que sea al lado de un grande como lo eres tú!
ResponderEliminarPD: Tenemos que seguir tocando aquel piano y la guitarra y esas cosas que por allí había... Se te echa de menos!
Gracias por todo Jony. Yo también os hecho mucho de menos a todos. A ver si cuando me den el alta si los médicos lo permiten nos vemos ;)
EliminarSalvador le doy un 10 a tu publicación, como bien han dicho ya, un gran trabajo de investigación y también buen viaje el que pasamos juntos. Los recuerdos y las anécdotas que pasamos en ese corto pero intenso viaje, no se nos olvidarán jamás. Lo que te digo siempre amigo, espero que te recuperes lo antes posible y que todo te vaya genial. Nos vemos pronto. Un beso, Vero (aunque ponga el nombre de mi padre) ;)
ResponderEliminarYa me había extrañado a mi ver Bernardino jaja Muchas gracias Vero. Se que eso que dices es verdad. Algún día haremos otro viaje mucho mejor. Ah se me olvidaba! que no se deje de cantar en clase la COPLA DE LA CERVEZA que ya está muy cerca la romería- Bueno Vero gracias de corazón. Tengo ganas de veros.
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